Santísimo Sacramento

El Santísimo Sacramento es el primero de los Titulares de la Hermandad, así como el principal, por tratarse, no de una imagen representativa de Jesús o de María, sino del mismo Cristo real y permanentemente presente en la Hostia Consagrada. Por eso, el título de Sacramental antecede a los demás Titulares de la Hermandad.

Instituida la Sagrada Eucaristía en la noche previa a la Pasión y Muerte de Jesús, en el transcurso de la Última Cena de Cristo, los Apóstoles y los primeros discípulos la siguieron celebrando como eje y fuente principal de la vida cristiana, fieles al mandato de Haced esto en memoria mía. La Eucaristía se manifestaba entonces en la celebración de la Misa y comunión, aunque con el tiempo se introdujo la costumbre de adorar al Santísimo Sacramento fuera de la Eucaristía.

Lo más destacado es que a este sublime misterio se dispensa un culto, no de veneración, como se hace con las sagradas imágenes, sino de adoración (latría). Así quedó fijado sin ambigüedades en el Concilio de Trento, que sancionó asimismo la superioridad de éste entre el conjunto de los Sacramentos de la Iglesia. De esta forma, la Iglesia Romana se distanciaba inequívocamente de aquellas iglesias reformadas que habían reducido la Eucaristía a un acto poco menos que rememorativo o simbólico.

Pero, desde mucho antes la Iglesia había fomentado el culto al Santísimo Sacramento, estableciendo incluso una fiesta propia para su exaltación. La primera procesión del Corpus Christi se constata en la ciudad de Lieja al mediar el siglo XIII y poco después, el 11 de agosto de 1264, se extiende a la Iglesia universal por decisión del Papa Urbano IV. Desde entonces, se celebra con solemnidad en ciudades e incluso pueblos, sancionando su celebración -como procesión principal, litúrgica y a la vez callejera- el citado Concilio de Trento.

La Hermandad del Santísimo Cristo de San Agustín presenta desde antiguo una inequívoca vocación sacramental, no sólo a través de sus lucidas funciones religiosas. Participó, probablemente desde finales del siglo XVIII, en el Jubileo Circular de las XL Horas, haciendo coincidir su turno con el quinario del mes de agosto. Asimismo, fue Presidente de su Hermandad a comienzos del siglo XX el sacerdote D. Manuel Arcoya, a quien encontramos como Director Espiritual de la Adoración Nocturna, justamente en el momento de su establecimiento en Granada.

Desde la reorganización de la Hermandad del Cristo de San Agustín en 1988 se acarició la idea de convertirla en Hermandad Sacramental. Y así se logró, afortunadamente en noviembre de 1991. Junto a la misa dominical y demás funciones, cuenta la Hermandad con los actos de adoración al Santísimo de los primeros viernes de mes (turno 5º de la Adoración Nocturna, bajo la advocación de Ntra. Sra. de las Angustias) y participa en los cultos rotativos de las Sacramentales granadinas (terceros jueves de mes).