Durante los años cuarenta del siglo XX van a tener lugar numerosas iniciativas cofrades que, en buena medida, van a tratar de revitalizar antiguas devociones y poner en valor grandes tallas de la imaginería de nuestra ciudad.

En este contexto, en 1948 la hermandad de Santa María de la Alhambra va a tratar de incorporar a su cortejo al Santo Cristo de San Agustín, obteniendo el permiso de su hermandad, pero no de la comunidad de religiosas.

Este impulso cofrade va a alcanzar hasta los primeros años de la década de los cincuenta. No en vano, el 2 de abril de 1953, Jueves Santo, tiene lugar una nueva salida procesional de Nuestro Titular. Este mismo año, se había formado una comisión organizadora de una futura hermandad que pretendía aglutinar a estudiantes y autoridades universitarias. Debido a la premura de su organización y a que se encontraba vacante la Sede del Arzobispado, dicha comisión decidió contar con la Hermandad del Santo Cristo de San Agustín para poder realizar su salida procesional. De esta forma, los propios cofrades de la Hermandad acompañaron al Santo Crucifijo por el recorrido oficial. Sin embargo, distintos incidentes acaecidos en el propio recinto universitario, motivaron que la imagen no fuera cedida en adelante.

Debido a que la hermandad realizó el recorrido oficial en su nombre, nuestra corporación solicitó que se reconociera su condición de federada en enero de 1993 con vistas a efectuar su primera estación de penitencia tras su revitalización. Sin embargo, hubo que esperar hasta octubre de ese año para que el pleno de la Federación aprobara su ingreso «en virtud de la seriedad, buen hacer y decoro cofrade» mostrado por sus hermanos el Lunes Santo.