La hermandad, desde sus inicios, fue cerrada en función de los sexos. Aunque en el Antiguo Régimen como reflejo de la sociedad del momento la mujer, en todas las corporaciones se contemplaba la existencia de «cofradas» siempre, por supuesto, en tareas secundarias cuando no domésticas.

En la Hermandad del Santo Cristo de San Agustín, a pesar de que el Libro de Actas y Acuerdos afirmaba que entre sus miembros «no se encontraba persona del otro sexo», la mujer siempre estuvo presente en la vida de la Cofradía, a veces de manera relevante como ocurrió durante la ocupación francesa.

Este comportamiento sería decisivo para la creación de la Asociación de Señoras en 1816, agregándose a la Ilustre Hermandad de caballeros nobles, organigrama de la Hermandad que perduró hasta 1899, fecha en que se unifican las dos ramas de la misma.